Juan Vicente Segovia Gil: Sanjuanero, sanpedreño y diablo danzante de Yare

De una vitalidad frenética, su ejercicio profesional como docente, hacedor de cultura, tallerista e investigador, no le resto fuerzas para esbozar una sonrisa y parrandear, como muy bien sabe, como le enseñó Lucía, desde que era un carricito de cinco años y Felipe Eleazar Muñoz, la María Ignacia legendaria, lo agarraba del brazo y lo ponía a bailar en junio, su mes.
Si algo acompañó a Juan Vicente Segovia Gil, como carta de presentación, son su risa destemplada y sus modales afables, como quien delicadamente quiere contagiar de alegría al mundo y abrir la brecha de la esperanza al más desorientado de los mortales. Lucia Gil, su madre, seguramente lo intuyó el 21 de agosto de 1960 en el hospital Santa Marta de Guarenas, a donde fue a parar cuando ya el muchachote se le escapaba del vientre, casi buscando en la primera luz de la vida un foco para su danza inextinguible, que lo llevo a una vida cargada de metas y logros, marcada no obstante por sacrificios y obstáculos, franqueables, pero obstáculos.
De infancia humilde, Juan Vicente conoció el rostro de la pobreza pero en manos de su madre, junto a sus ocho hermanos, vivió también el esplendor del descubrimiento, que vuelve la infancia un cuento de hadas hasta en el peor de los casos, y en Guatire conoció los rostros de la fe que quedaron marcados como tinta indeleble en su memoria. Así, surgió de su intuición el fervor por San Juan y San Pedro, los que le han llevado de la mano desde los cinco años, junto al Corpus, por la vereda de la devoción popular, el arraigo, la cultura, la historia, la familia, el pueblo, el mundo.
Si San Juan supiera
De adolescente surgido de las aulas de la escuela Ramón Alfonso Blanco y el instituto Juan José Abreu, de Guatire, pasó a joven aventajado con ínfulas de señor, y en ejercicio de temerario empeño, se hizo educador en la Escuela Normal Miguel Antonio Caro de Caria, donde fue becado con 1400 Bs. mensuales y de donde salió con honores como bachiller normalista, pasando con apenas 18 años de edad a trabajar en la Unidad Educativa Negro Primero de Caucagüita, a finales de los años 70. Inmediatamente comenzó a estudiar en el Pedagógico de Caracas hasta graduarse en Tecnología Educativa, de donde le viene un talante mediático que le ha permitido proyectar la Parranda de San Pedro del barrio 23 de Enero de Guatire, a la cual pertenece por arraigo y legado familiar.
Fue en Guarenas, durante los años en que se residenció junto a su familia en la urbanización Menca de Leoni, donde funda uno de sus primeros grupos culturales, "Nueva Inspiración", a mediados del año 80.
Cuando era su día
Padre de tres hijos, una hembra y dos varones, quienes parecen llevar en la sangre la herencia del talento de sus padres, Juan Vicente Segovia Gil es hoy un hombre casado en segundas nupcias con una "hermosa mujer" como el mismo la describe, Fabiola Mendoza, que comparte con él no solo la fritura del huevo para el desayuno y la embadurnada de la arepa recién asada, sino que vive del mismo oficio la cultura, la docencia y la investigación, que al mismo tiempo, los une y los separa frecuentemente por los múltiples compromisos profesionales. De hecho, proyectan una salida salomónica ya que ella imparte clases en la Universidad Nacional de Guayana: o se van para allá o se quedan aquí, pero nada de medias tintas ya que amor de lejos, es amor de... gente que no está cerca.
Paralelamente, Juan desarrolla una Maestría en Cultura Popular que patrocina la Universidad de Carabobo y está próximo a defender su tesis que versa sobre la Parranda de San Pedro como cultura de resistencia.
Del cielo a la tierra
El destino ha querido congraciarse con el maestro, el amigo, el parrandero, el devoto, el cultor, y su buena estrella, y esa aura que casi se toca, le han alcanzado para escalar peldaños en una vida azarosa. En un momento, cuando decidió reinstalarse como ciudadano y trabajador en Guatire, laboró en la escuela básica "Guatire" de Las Barrancas en un tumo, mientras en el otro lo hacia en la escuela "Rómulo Betancourt" de La Rosa.
Durante su participación en los talleres nacionales del folclore que organizaba el Ministerio de Educación, comienza una nueva etapa de aprendizaje y su participación en el Festival Folclórico Infantil "Cantaclaro", con sus alumnos representando a San Juan y San Pedro, le valió el primer lugar nacional en danza; al año siguiente también, con una representación de los Diablos de Yare; y al año siguiente de nuevo, esta vez como investigador. De allí a su ingreso como coordinador nacional de folclore en el Ministerio solo hubo un salto. Actualmente se desempeñaba en la Dirección de Básica del organismo y sus aportes están impresos en los programas de la educación nacional, incluyendo la incorporación de su trabajo de Danzas Populares Tradicionales y Étnicas desde primero a sexto grado.
Asimismo forma parte de una Comisión de Enlace entre el Viceministerio de Cultura y el Ministerio de Educación; trabaja en la Dirección Sectorial de Danza del COÑAC, organiza talleres de actualización y perfeccionamiento de docentes del área, dicta talleres de danza en la escuela "Víctor Regalado" del CEA, integra la Fundación Parranda de San Pedro del 23 de Enero, es sanjuanero comprometido.
San Juan bajaría
¿Qué representan para ti San Juan, San Pedro y el Corpus Christi?
Para mí, el mes de junio significa muchísimo, primero por mi familia pues desde siempre le ha dado un gran realce a este mes, teniendo como columna vertebral a mi abuela, Esperanza Gil, quien aún vive con todo y sus 96 años. San Juan Bautista tiene mucha relación conmigo porque yo soy Juan y él es uno de mis guardianes. Significa fe, creencia de vida, unión, reencuentro, apego al terruño, sentido de pertenencia, resistencia, y fundamentalmente esperanza. San Pedro también significa unión, enseñanza, maestro comunitario en mi trabajo de formación a los niños, la enseñanza de un gran maestro como Felipe Eleazar Muñoz, mi barrio, mi gente, devociones colectivas, regaños, lágrimas. Corpus Christi, aunque no pertenece a mi población, significa un santo muy sublime como es el Santísimo Sacramento, que me contagió en San Francisco de Yare con su carga energética: también significa la solidaridad de los pueblos. En todo esto hay un elemento común, es el hecho de sentirme orgulloso de este país.
Juan Vicente Segovia se marcho a otro mundo en los primeros días de febrero.(Marlon Zambrano. Publicado en el diario Yaracuy al Día, el 1º de marzo 2009)

Comentarios

  1. orgulloso de haber sido unos de sus alumnos en su grupo cultural en guarenas y cada vez que veo danzas culturales como san pedro y san juan ahí lo veo bailando en espíritu sus danzas tradicionales descansas en paz mi amigo y gran maestro gracias por tu amistad

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