Pueblo sanfelipeño renueva su fe ante El Nazareno
Cargaba una cruz en su
hombro, vestía una túnica morada y a la cintura un cordón dorado. No era Jesús
de Nazareth; es un venezolano, que
pagaba su promesa.
Atrás varias
mujeres, hombres, niños, jóvenes trajeados con batolas, franelas, bandanas y
pañoletas moradas, unos delante otros detrás
de la imagen, también pagaban promesas.
Se trata de una imagen en madera, de
un Jesús que se encuentra en la capital de Yaracuy desde finales del siglo XIX,
acompañado de Simón de Cirene, quien lo ayudo a culminar su víacrucis, en su camino al
Calvario, permanecía en la vieja iglesia matriz. De allí paso a casa de la
familia de José de la Cruz Reyes Calatayud y su esposa Camila, donde permaneció durante varios años.
A principio
del siglo XX se le construyó una capilla, pero la imagen permaneció en casa de
la familia Reyes y es recién su permanencia definitiva en ella. Ubicada en la segunda avenida con Calle 15, fue
construida bajo la dictadura de Juan Vicente Gómez, ha tenido remodelaciones para ampliarla y mejoras
de espacios.
La fachada sencilla, con una nave central y dos alas
laterales. Anteriormente era una capilla con una nave central, luego
se le construyeron los laterales Cuenta
con un altar mayor, dos bautisterios, el Viacrucis que estuvo en la iglesia
matriz con sus 14 estaciones.
Desde
siempre, la imagen de El Nazareno, permanecía descubierta, los feligreses podían
tocarla, desde hace unos años la
colocaron en un nicho, que marca distancia entre ella y los devotos.
Y este miércoles
santo, estuvo a la puerta principal de la iglesia, vestía con un traje imperial violeta con
adornos dorados en sus bordes, mangas, y cuello. Una soga igualmente dorada
ataba el traje al nivel de la cintura, detrás Simón de Cirene con un traje color de melocotón, esperando a sus fieles,
que no pueden entregarle ni una flor, ni una luz, los vidrios del nicho lo
impiden. Sus manos
crispadas no tocan el madero, en su frente una corona de espinas y sobre su
cabeza tres potencias doradas.
Desde muy temprano se iniciaron las misas en su
honor, una cada hora presididas por sacerdotes de las diferentes parroquias que
conforman la Diócesis de San Felipe.
Mientras tanto, en el altar se desarrollaban las homilía, en las afueras
de la iglesia de El Nazareno, en la segunda avenida, se podía adquirir desde cruces de palma bendita, escapularios y rosarios;
pasando por velas, violetas y estampitas
del Nazareno, inciensos, algodón dulce, raspados , agua y refrescos.
Luego de la
misa a las cinco de la tarde, arrastrado en su carro con rueditas, empujado por
los feligreses, salió la imagen de la iglesia. Delante, un camión que portaba
el sonido, detrás los promesantes, el párroco de El Nazareno y un mar de gente.
A lo largo
de las calles por donde pasaba la procesión, algunas familias construyeron
altares, en cada una de ellas hubo paradas, en las cuales el sacerdote ofrecía
oraciones. Por ser avenidas de marcado interés comercial, existen en su mayoría
comercios, cuyos dueños no viven allí, de manera que no fueron muchos los
altares.
En el Año Santo del Jubileo de la
Misericordia decretado por el Papa Francisco, los feligreses del Nazareno de
San Felipe, la imagen del Cristo con la cruz a cuestas, recorrió la segunda
avenida subir por la avenida Caracas a
la altura de la Libertador tomar
La Patria y retomar de nuevo la segunda avenida para regresar a su
iglesia donde permanecerá hasta el venidero año.
La procesión
de El Nazareno, que representa dramáticamente a Cristo encorvado con la cruz
sobre su hombro izquierdo y con una corona de espinas, es una de las
manifestaciones populares con mayor tradición en Venezuela.
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