Obispo de la Diócesis de San Felipe escribe y lee su primera carta pastoral
Con el objeto de que pueda ser difundida, analizada y puesta
en práctica, este 8 en el comienzo del Año jubilar Diocesano y Año de la
Misericordiaque comenzó el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de
noviembre de 2016, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura
del Concilio Vaticano II, el Obispo de la Diócesis de San Felipe, Víctor Hugo
Basabe, durante la Misa leyó su primera Carta pastoral.
La carta pastoral, contiene tanto consejos
generales, como instrucciones para poner en práctica la misericordia y comenzó
explicando el significado de la palabra “jubileo” que significa fiesta, alegría e
invita a la alegría.
Expreso, que a lo largo del Año
jubilar diocesano, habrá un peregrinar en las iglesias jubilares del Santuario Diocesano de la Divina
Pastora en Salom(Nirgua), Santa Lucía en Yaritagua(José Vicente Peña), San
Jerónimo (Cocorote), Nuestra Señora de Coromoto, en Marín (San Felipe) ,
Nuestra Señora de la Victoria (Nirgua) y San Miguel Arcángel en Aroa (Simón
Bolívar).
El Obispo, explicó que la celebración de los años jubilares se
remonta al pueblo de Israel y en el Antiguo Testamento, ya tenía el significado de celebrar el perdón
de Dios y de renovación de la fe en Él. “Es la alegría que viene de la fe y de
saber que Dios es siempre fiel en su amor hacia nosotros y nunca nos abandona
al poder del pecado, sino que compadecido tiende la mano a todos. Un año
jubilar es, por así decir, hacer “borrón y cuenta nueva” porque Dios nos ama,
nos perdona, nos regenera y con su salvación nos devuelve la alegría”.
Comento sobre “ elAño Jubilar se
inicia en un contexto marcado por profundas dificultades de índole político,
económico y social en el seno de nuestra Patria y de nuestro territorio
diocesano, pero sobre todo, en un contexto marcado por un profundo deterioro
moral y ético en todos los ámbitos de la vida ciudadana.
En este contexto, se hace urgente el
testimonio de los discípulos de Jesús, por eso, el año jubilar debe ser una
ocasión para nuestra renovación personal y eclesial, es urgente que quienes
formamos la comunidad cristiana que
somos un gesto de Dios, seamos un verdadero edifico espiritual de piedras vivas. Todos los cristianos estamos
llamados a ser el templo del espíritu santo”
El Año Jubilar no es un paréntesis en la vida de la nuestra
Iglesia Diocesana, ni es un mero evento para hacer cosas diferentes, novedosas
o llamativas. Por el contrario, debemos verlo como un tiempo fuerte y
privilegiado de presencia del Señor, de trabajo interior que ayude a revisar,
purificar y potenciar la vida de la Iglesia diocesana.
Por eso es muy conveniente volver a experimentar la
misericordia de Dios a través de este “año de gracia” que ha de vivirse como
una intensa experiencia cristiana de renovación, personal y comunitaria,
parroquial y diocesana.
La celebración del Año Jubilar, al que estamos convocados
todos los que formamos la Diócesis de San Felipe, es una respuesta adecuada
para esta hora de la Iglesia y de la sociedad, en la que se nos exige una
renovación espiritual y moral profunda, para ser más eficazmente sacramento o
signo de la íntima unión con Dios y de unidad de todos los hombres, acoto Monseñor
Basabe.
Víctor Hugo Basabe,ejerce el obispado
en esta diócesis cumpleañera desde el pasado mes de mayo.
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