En San Javier se renueva la devoción al Niño de los cachitos

 



Este 2 de diciembre, como se hace más de cuatro décadas, se efectuó una romería por las calles del poblado, con la imagen del Niño de los cachitos.

Esto fue en San Javier pueblo que tiene su origen en la misión capuchina de San Francisco Javier de aguas culebras, formada a las cercanías de una quebrada por allá por 1710, como por estos lares no habían comunidades indígenas los trajeron de otras tierras, los llanos.

Esta tradición del Niño de los cachitos, se desconoce cómo llego, hasta ahora se manejan hipótesis. En 1781 don Mariano Marti, obispo de Caracas, en su visita pastoral llego a la Misión de San Francisco Javier de aguas culebras, que ya era un pueblo de doctrina, en estos días de navidad y no hace mención a esta fiesta, por lo menos en algunos de sus libros.

Y es que  don Mariano Marti, escribió varios libros El libro de visita personal, el de Inventarios, el de Provindencias.

Encerrado en su nicho de madera, trajeado de azul, con sus rayitos de luz sobre su cabeza, salió de la casa de su custodia Jovita Mendoza, que este  año 2021,  no estuvo presente en la caminata, problemas de salud se lo impiden.

Este año 2021 no hubo misa. Por testimonios de los pobladores, los sacerdotes tenían reunión, y la habían cambiado para la mañana.

Al sonar de los cachos, por algunas referencias escritas recogidas por investigadores, en otras manifestaciones cumplidas en otros siglos, los probladores usaron guaruras que los misioneros cambiaron por cachos.

Y comenzó la congregación a la puerta de la iglesia, que por dentro, presenta un grave estado de deterioro, raíces penetran por el trecho, filtraciones, electricidad, pintura son algunos de los problemas.

El cortejo, encabezado por el ayero comenzó el recorrido por la calle principal, hizo dos paradas, en una licoreria y una casa de familia que obsequio café y pancitos a los parranderos. Y siguió el paseo por las calles, se detuvo en algunas casas, en el trayecto recibió los cantos salidos de las gargantas de Fernando, Sergio y de todo aquel que quisiera cantar.

El destino final era llegar a la capilla, adornada con flores naturales, pero muy deteriorada, el techo de acerolit se filtra, las ventanas carecen de vidrios.

Ya en la capilla, una sola pieza con una puerta principal, otra pequeña en un lateral,  varias pequeñas ventanas y al centro una escalinata,  la imagen fue colocada sobre el último escalón de una corta escalera y recibió cantos improvisados de los acompañantes con cuatro, maracas y tambora y allí si estaba Jovita sentada maracas en mano y cantando.

Y un grupo ya añejo y conformado como  la Parranda de Nirgua, también llego para cantar.

Y este 25 de diciembre, día realmente de su fiesta, saldrá de nuevo por San Javier.

Esta fiesta del  2 de diciembre, nace en los años 80 cuando la capilla que había sido rehabilitada le fue entregada a sus devotos y para celebrarlo se realizó una romería, que se quedó.

 

 

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