Murió yaracuyana altruista: Olga de Pajuelo siempre luchó por los derechos de las féminas


La profesora Olga Loreto de Pajuelo murió este 31 de diciembre, poco después de haber cumplido los 81 años. Había sufrido un accidente cerebro-vascular, sus riñones no funcionaban correctamente, fue sometida a una operación de la vesícula, y tuvo un derrame de sangre interno. Finalmente, su espíritu, siempre luchador, decidió abandonar su cuerpo. Sus compañeras y amigas de jornadas la recuerdan como una “dama admirable”.
Una sorpresa sería encontrar a un yaracuyano que no haya escuchado hablar alguna vez de la profesora Olga de Pajuelo. Su nombre es sinónimo en el estado de lucha social, política, cultural, y educativa. Perteneció a la secretaría femenina de Acción Democrática, fue diputada suplente por Yaracuy ante el extinto Congreso Nacional, trabajó como docente y llegó a ser parte de la directiva del Liceo Arístides Rojas (principal institución pública de educación secundaria-diversificada de Yaracuy).
También logró un alto rango dentro del Club de Leones de Yaracuy, formó parte de la Sociedad Bolivariana y fue co-fundadora de la Fundación “Carmen de Ramírez” (instancia que representa jurídicamente a la Sociedad Bolivariana para la obtención de recursos para su mantenimiento).
Lisbella Páez, periodista yaracuyana, refiere que la profesora de Pajuelo “fue una mujer que luchó mucho por la vida. Era una mujer muy altruista, por eso se metió en el Club de Leones, para ayudar a mucha gente”.
Innumerables son las generaciones de alumnos que recibieron sus clases de Geografía e Historia. Desde finales de la década de los ’50 hasta principios de los ’80 se mantuvo en el Arístides Rojas. También otorgó grandes aportes al estado desde la Secretaría de Educación y Cultura.
La profesora María Venot de Huerta la recuerda como una excelente docente, cordial, amable con alumnos y compañeros, siempre muy arreglada y sonriente. “Es una pérdida lamentable pero estaba muy enferma, tenía que descansar”.
Por su desempeño político es reconocida como una activista de la lucha democrática e impulsora de leyes en bienestar de los derechos y oportunidades de las mujeres. Fue fundadora de la Casa de la Mujer en Yaracuy y presidenta del programa Ropero Escolar “Negra Matea”. Su marcada tendencia católica la llevaba a organizar y cumplir círculos de oración por los enfermos.
“Murió estando muy lúcida. Creo que cumplió todas sus metas en la vida, por eso se fue”, dijo Lisbella Páez.
JOANLY PAIVA(EL INFORMADOR)

Comentarios