David Cedeño y sus Testigos etéreos estan en San Felipe

Este viernes 13 en horas de la tarde se abrió en la sala 4 en el museo Carmelo Fernández en la Zona cultural de San Felipe, la individual de David Cedeño, Testigos etéreos.
Cuando uno entre enseguida viene a la cabeza el circo. Carpas, payasos, bailarinas, malabaristas, arlequines y carpas son detalles predominantes en la exposición y señala que es una especie de burla es una forma de expresión. La obra principal lleva por nombre El circo de los bufones o como desperdiciar la vida en el arte, una frase que un día un amigo le dijo en una conversa y ella le dio la idea para la exposición.
Comenta que desde el principio de su trabajo el ensamblaje sobre la base de buscarle sentido a la oscuridad a la magia creativa y por eso expresa que con esta exposición aprendió a pintar” aunque siempre he pintado hace 4 o 5 años tiene sentido la pintura descubrí la razón de la pintura con esta exposición”
Las “imágenes surrealistas se encuentran cargadas de un contenido expresionista, representando de forma alegórica figuras de nuestra cotidianidad. El texto de sala menciona que “las escenas representadas pudieran resultar un tanto ilógicas e inverosímiles, impresionantes y poéticas, expresadas mediante un lenguaje visual neofigurativo, de corte ingenuo y de contenido expresionista–simbólico”; por lo que el autor fusiona en sus obras estereotipos, iconos y mitos, dice Rosa Lira, Coordinadora Expositiva del museo de Arte Contemporáneo de Maracay.

Y añade, que “todo ello, es logrado a través de sus gruesos trazos y diversas técnicas mediante la utilización de materiales como el óleo, yeso, pasta acrílica, acuarela, marcador, creyón y grafito, enriqueciendo la pieza con diferentes texturas y relieves. Las creaciones de este artista han revelado su devoción por la iconografía religiosa, la reinterpretación del arte renacentista y barroco así como también su afinidad con algunos de los maestros de la pintura universal. En la muestra Testigos etéreos: obras de David Cedeño, se aprecia la combinación de distintas corrientes artísticas, materiales y técnicas en un mismo plano compositivo, conservando su propia naturaleza expresiva.






“..Merece destacar las imágenes recurrentes en el conjunto de la muestra, como son figuras humanas y animales de forma esquematizadas, aladas y suspendidas, criaturas espectrales y mitológicas, especímenes extraños, distorsionadas e indefinidas, de apariencia mortuoria, resultado del discurso formal de contrastes y conjugaciones de elementos visuales, expresados mediante gestuales pinceladas, gruesos trazos, intensas manchas con óleo, yeso, pasta acrílica, acuarela, marcador, creyón y grafito, confiriéndole a la superficie de las obras suaves, pastosas y rugosas texturas de interesantes relieves.
Sobre la individual explica David que tiene más de 35 años en el campo de las artes visuales, que ella rompe todo lo que venia haciendo como artista plástico” esto nace después de una tragedia personal y las pinturas son una narración de parte de su vida, de una etapa que paso hace unos 4 años”
Testigos etéreos: obras de David Cedeño, fue organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu (Macma), a mediados de 2009, para el Espacio Alternativo con sede en la Fundación para el Desarrollo de la Gerencia Pública del Estado Aragua (FUNDACEAR), en los espacios de la Contraloría General del estado Aragua, posteriormente se hizo el mismo trabajo al itinerar al Museo Lisandro Alvarado y al Ateneo de Churuguara, ubicados en los estados Lara y Falcón respectivamente en el Museo de Barquisimeto, Ateneo de Churuguara, Museo de Arte de Coro.

Testigos etéreos reúne el conjunto de obras pictóricas del reconocido escultor, ensamblador y pintor venezolano David Cedeño, quien es procedente de la Parroquia Altagracia, en la ciudad de Caracas, es egresado del Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón y en la actualidad dicta talleres para los pequeños que viven en los refugios auspiciado por FUNDARTE además sigue trabajando el ensamblaje de piezas en gran formato.
Entre sus propuestas artísticas destacan: Vírgine nigra (1999-2000), Vox angélica (1998), Ángelus (1997) y Magnificat (2003).
Dichos trabajos han revelado la devoción de Cedeño por la iconografía religiosa, la reinterpretación del arte renacentista y barroco, así como también, su afinidad con algunos de los maestros de la pintura universal.


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