Rafael Zàrraga : señor de dos siglos (1929-2006)

 Era la tarde del lunes 24 de julio de 1929. Justo a la hora que antes llamaban “la hora del burro “y otros “la hora que mataron a Lola”. Las tres de la tarde cuando llego al mundo el nuevo miembro de la familia Zàrraga Parra compuesta por Eudoro y Ramona.

En este sector conocido como   Agua Blanca del caserío Boraure, en esos días de 1929 debió ser de casas dispersas en las cuales vivía gente muy humilde.

Yaracuy en esos días de julio de 1929 con sus 7 distritos era una entidad de profunda vocación agrícola, era su presidente el general  Severiano Giménez y ya para ese año se había puesto en marcha el plan  propuesto desde el gobierno central por José Ignacio Cárdenas de “crear una clase media conservadora capaz de defender sus propios intereses (a través del plan de patrimonio cívico nacional”.
 Y en esos días, ya se venía perfilando  el malestar económico consecuencia de la baja de precios de los productos de exportación especialmente el café cuyo cultivo era el dominante en Yaracuy.

Unos años después del nacimiento de Rafael, como bautizaron al pequeño, ya en plena crisis económica, los abuelos José Exegésimo Parra e Inés de Parra, se  encargaron junto a la madre , de la crianza del pequeño, abandonado por Eudoro.

 El abuelo se dedicaba a sus labores agrícolas, las cuales interrumpía esporádicamente por sus actuaciones como ejecutante del bandolín en conjuntos musicales que amenizaban velorios de niños o bailes en Guama, Boraure y Cocorote, peo cuando se fueron a vivir a este pueblo se había olvidado de los jolgorios del velorio de Niños.

Pero como en muchos caseríos,  Agua Blanca carecía de servicios públicos y se consumía agua de una laguna, que contaminada quizás por heces del ganado, produjeron una diarrea en el niño y hubo de trasladarlo a Cocorote, a casa de Julián Ledezma, un reconocido curandero, que recomendó irse del caserío. Y hacia Cocorote enfilaron, los boraureños.

En este centro poblado comenzó asistir a la escuela, hasta cuarto grado y además de ayudar al abuelo en el conuco, vendía granjerías.
LA DECADA DE LOS CINCUENTA
“Lo más complicado de las relaciones con el Estado es la incomprensión. El mundo de los creadores está muy lejano de lo que es el gobierno y aquí entran en contradicciones. Los gobernantes deben entender lo que es el hecho creativo. Somos los creadores los que hemos hecho cultura en este estado y no los funcionarios del gobierno (2004)

Los primeros años de la década de los 50 encuentran a Rafael Zàrraga en la Caracas de los techos rojos, se había marchado el 6 de marzo de 1944, con sus 14 años a cuestas con su tía,  que realmente era la prima de la abuela Inés, que en vez de mandarlo a la escuela lo puso de mandadero por lo que en una carta que envía al abuelo se queja de su situación y José Exegésimo pide  a otra prima que lo aloje en su casa y se traslada a casa de otra prima -tía,  en  Prado de María.

Era un principiante a cantar tangos, que los había aprendido cuando en su lejano Cocorote los había oído de los inmigrantes alemanes que en los años 20 habían llegado a Yaracuy unos a ese centro poblado y otros a Urachiche.

Allí en esa Caracas  trabajo en un restaurante pelando verduras,  en una fábrica de mosaicos, en otra de colchones, vendedor de plátanos en un mercado, ayudante de carpintería, en una tintorería, hasta que ingresó como mensajero en la agencia de noticias Ofipren.

En cumplimiento de su trabajo, al llevar una comunicación al diario El Nacional, se enteró que allí había un puesto vacante como portero y sin ninguna pena fue hablar para ocupar el cargo.
Al conversar y preguntarle sobre su origen hablo que era de Yaracuy y salió a relucir un parentesco con Alberto Ravell, (Francisco Ravell era su abuelo paterno y Don Federico Ravell, padre de Alberto, era su tío abuelo)

 El ingreso  a El Nacional ocurrió el 29 de Noviembre de 1949, esto más tarde le abriría las puertas de lo que sería en el futuro cercano. A los pocos meses fue nombrado ayudante de caja.

En Prados de María, donde vivía había un grupo de teatro, el José María España, que ponía en escena textos de carácter histórico y para ellos comenzó a escribir y montaban skets sobre todo sobre los gallegos que recién acababan de llegar al país, pues el presidente General Marcos Pérez Jiménez tenía una política de recibir inmigrantes al igual que la tuvo el general Juan Vicente Gómez.

En este grupo presentaba recitales de poesía negroide y se pintaba de negro, pero muy poco duro la estadía, se inscribió en la escuela nocturna Franklin Delano Rooselvelt, para terminar el sexto grado.

Los estudios los compartía con su trabajo en el cual fue ascendido al Departamento de administración (1949-1957) y le brindaron la oportunidad de escribir.
Rafael vivía en Caracas pero constantemente venia a Cocorote y un día antes de llegar al pueblo, paso por Valencia a visitar a un amigo, que de lo más contento lo invito a una fiesta.
-Pero chico te invitaron fue a ti como voy yo de arrocero.
El amigo con poder de convencimiento se lo llevo, y tuvo que prestarle un tremendo flux azul.
Y se fueron a la fiesta a un reconocido club de Valencia.
Al llegar, en una salita había un televisor aun blanco y negro y eran los días de la Serie del Caribe y el amigo se fue a saludar a alguien, pero antes de irse le dio orden al barman que despachara lo que su amigo lo que pidiera.
Rafael pidió un whisky y se sentó a ver el juego.
En ese momento llego un miembro acreditado del Club y le pregunto ¿Cómo va el juego?
Con la amabilidad que caracterizaba a Rafael, le contesto
-Yo no sé.
El hombre se paro del sillón donde se había sentado y se marcho.
Rafael tranquilamente, pidió otro trago y siguió viendo el juego. Al ratico llego el amigo todo nervioso y le pregunta
- Epa que paso?
- Nada, le contesta ¿Porquè?
 - Es que me llamo el dueño del Club, que un hombre que estaba viendo el juego, le falto el respeto al socio mayoritario.
-Ah bueno, un carajo llego preguntado por el juego pero como yo me acababa de sentar le respondí que no sabía y el andaba buscando conversación y no le di entrada.
- Es casi el dueño del Club. Vámonos.
Y así, se perdieron la gran fiesta y fueron a dar a un botiquín valenciano.
En esa oportunidad que le brindaron en el diario” escribí dos reportajes sobre Sorte, textos literarios, el primero fue una nota titulada Cocorote: un pueblo sin futuro definido. Este texto lo hizo en 1953. Después de ese reportaje comencé a escribir para el diario” dijo en aquellos días de marzo del 2003 cuando muy tranquilamente conversamos en la Pagoda.
Al terminar la educación primaria en Caracas,  que había comenzado en el Grupo escolar Martin Tovar y Tovar en Cocorote, siguió el bachillerato  en el Liceo nocturno José Vicente González, pero lo culmino en 1974 en el nocturno Arístides Rojas en San Felipe.

Después de 1958, Rafael regresa a Cocorote y funda El Cocoroteño (1957) un semanario que le absorbía mucho tiempo y aun así escribía para una columna en EL NACIONAL titulada El ojo de la aguja.

A pesar de su actividad ahora como editor, seguía escribiendo y con motivo del certamen del XIV  Concurso de cuentos de EL NACIONAL, que tuvo como  a Fernando Paz Castillo, José Ramón Medina y Gustavo Solís, en 1959 se alza con el premio con su cuento, Nubarrón.
                                     LA DECADA DE LOS SESENTA
“En el teatro yo trabajo el personaje, el teatro es diferente al cine, a la novela donde el lenguaje es distinto, hay más dinamismo que la novela. En el teatro también se cruza el realismo, lo psicológico, muchas instancias e impulsos del sentimiento humano, pero allí suceden cosas inesperadas. Una pieza de teatro no se puede dejar inconclusa como en las novelas de televisión que es por capítulos “(2004)

En estos años 60 llego a San Felipe, Jacobo Ramírez y junto a él formó un dúo” allí me integre de lleno al grupo y empezamos hacer coas, escribí La piedra grande, Al fondo del espejo, piezas que montaba el grupo” recordaba.
El Dia del escritor la UNEY le dio un  homenaje en el 2004 (Foto LP)

Entre 1961 y 1962 realiza un curso intensivo de periodismo en la Universidad de Carabobo en colaboración con la Universidad Central de Venezuela, teniendo como docentes a Humberto Cuenca, Héctor Mújica, Manuel Isidro Molina y José Ramón Medina.
Continuando con su afán de superación, entre 1963 y 1965 cursó el tercero y cuarto año de bachillerato, por libre escolaridad.
Inmerso en el periodismo funda la revista Así (1963)
Y en 1966 concurre de nuevo al XXI Concurso de cuentos de EL NACIONAL y el jurado compuesto por Pedro Sotillo, Humberto Rivas Mijares y Guillermo Meneses, le otorga el primer premio por La brasa duerme bajo la ceniza. Como una concesión especial el diario le otorga una beca para asistir a cursos en Italia (1967-1969).
Durante dos años permanece en la Universidad de Peruggia y recorre algunos países europeos, de ellos trajo tierra que celosamente conservaba en frasquitos de compotas colocados en una repisa en su Pagoda Quin-chon-cho.



LOS AÑOS SETENTA
“Todos mis libros  están pensados en Yaracuy y tienen mucho de aquí. Mis primeros textos en La risa quedo atrás son paisajes  de Yaracuy fundamentalmente Guama, Cocorote, hay muchos que están identificados porque lo que pasa en Cocorote puede pasar en otro lugar del mundo”(2004)

Luego de esta estadía regresa a Cocorote,  y se dedica  a Por Qué, recién fundado por Dr. Pablo Emilio Mendoza Olivares y entre  1970 a 1971 fue Jefe de redacción aparte de ser articulista de opinión. Y cuando se cerró el periódico funda El Chuzo (1973)“que era pura puya” un semanario humorístico “ y por primera vez se hacían montajes y a color, en eso Fernando Sedano se esmero, hizo el primer intento por sacar a color. Yo recuerdo un montaje que hice con Betancourt, en uniforme de pelotero de los Yankee con bate y gorra. Como esperando el turno, para la presidencia. Los primeros no quedaron muy buenos, pero trabajando uno descubre la manera de hacerlo bien” recordó sentado en su hamaca de la Pagoda.

Cuando dejo  este periódico se dedico a la radio y comenzó con un programa dedicado a difundir la obra de grandes hombres y mujeres. Se inicio en 1976 en radio Yaracuy a las diez de la mañana los domingos y luego paso al nocturno de los jueves con una hora de duración transmitido por la emisora San Felipe el Fuerte, se trato de Los Gigantes.
En el Cley (Foto: LP)
*Datos de una entrevista a Rafael Zàrraga, en marzo del 2003 con motivo de sus 50 años de vida escritural (1953-2003) y completada con otros datos del libro Contares publicado en el 2007


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