Hoy con “locos” recuerdan la matanza de inocentes en Cocorote y Crucito


 
 Muy de madrugada en este Día de los inocentes, se soltaron “los locos” en varios caseríos de los municipios San Felipe y Cocorote.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mientras el mundo cristiano recuerda a los Santos Inocentes en memoria de la matanza ordenada por el rey Herodes en su intento por asesinar al nuevo rey de los judíos, nacido bajo la estrella de Belén para gobernar todas las naciones, según lo dictaba el antiguo testamento, en este festejo yaracuyano se mezcla lo pagano.
 
 
 
 
En Crucito, del municipio San Felipe, de madrugada, mientras se asignaban los números, y uno a uno llegaban los inscritos, los más de 70 hombres con disfraz de mujer, correteaban a la orilla de la carretera.
Ya a las seis de la mañana fueron despertando a quienes aun a no se habían levantado, tocando puertas acompañados de la algarabía y de un grupo musical compuesto de un tamborcito, un cuatro y un par de maracas.




 La vestimenta e instrumentación de estos “locos” es modesta, sin coreografías, vestidos de mamarrachos y con mascaras, instrumentos para repercutir, sin embargo han perpetuado una expresión cultural desde hace varios años, que explican vino con habitantes de Canoabo.

También en el poblado Km 211/2 del mismo municipio, Pablo Sequera, dijo que con apoyo del Consejo comunal, un grupo de 15 personas que anteriormente se unían al grupo de Crucito, decidieron emprender su propios “locos” desde las cuatro y media de la mañana.
LOS LOCOS DE COCOROTE

Mientras que en Cocorote, la Escuela de baile y modelaje, que desde hace diez años organiza la fiesta, salieron a la calle, desde las inmediaciones del Albergue de ancianos en San Gerónimo.
Los locos de Cocorote, toman la manifestación propia de Santa María y como grupo de proyección desde hace años tratan de involucrar a la comunidad, pero el esfuerzo no termina de cuajar.
 
En Yaracuy, se visten de harapos, con mascaras fabricadas en cualquier material y portan una vara en la mano para corretear y chaparrear a los vecinos y además un saco que se llena con los regalos que hacen los otros vecinos, casi siempre verduras para un sancocho a degustar un poco pasado el mediodía de este 28 en el caso de Cocorote y la comelona en Crucito será en la tarde. Ambos grupos, también pedían en un pote y con la recolecta comprar las verduras, la carne del sancocho.
UN AMPLIO ESPECTRO DE LOCOS
El festejo se cumple en el día que también se conmemora la matanza de niños menores dos años que ordenara el rey Herodes a manos de los soldados romanos en un intento por asesinar al Mesías.
Herodes gobernaba Israel cuando llegaron a Jerusalén los magos del Oriente, entendidos en astrología y que se guiaban por una estrella luminosa que los llevo hasta el lugar donde encontraron al Niño Jesús, a quien habían bautizado como “rey de los judíos”.
Al verse burlado por los magos que habían venido para saludar al recién nacido que sería el nuevo rey y que Herodes vio como un competidor político, decreto la matanza de los inocentes.
Este hecho, convertido hoy en un festejo del ciclo navideño, no se precisa la fecha en que llegó a Yaracuy, pero contó Julián León, que en Santa María se instaló desde las montañas de Nirgua, y en Crucito con los pobladores provenientes de Canoabo. Y es que la gente cuando se muda no solo se lleva sus enseres, su familia, también se lleva sus costumbres.
Pero seguramente Las Locainas o "Fiestas de los locos" vinieron en los barcos españoles junto con el idioma castellano, el metal, la vaca, el cabello, el perro, la cabra, la oveja, el trigo, el telar, el vidrio, la talabartería, el torno. Vino entonces, de Europa, y de más lejos, del remoto Oriente, de Persia, que en su guerra de conquista la llevo a España.
Según Domínguez Salazar y Quijada en su libro “La Navidad en Venezuela” que este 28 se realiza un amplio espectro festivo que se cumplen en los pueblos costeros de Coro, Puerto Cumarebo, Tocopero, Píritu, El Pilar de la Costa, Moruy, Santa Ana, Buena Vista, Pueblo Nuevo, Dabajuro, Caicara de Maturín, Curiepe, Chirimena y los caseríos de Barlovento, Chuspa, Todasana, La Sabana, Naiguatá, y en los llaneros de Agua Blanca y Calabozo se bailan locos, locainas y toma características propias.

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