Una bocallave de cerradura de San Felipe el Fuerte muestra símbolo de realeza

Hoy día las bocallaves de las cerraduras son impersonales, sin detalles de algún artista. La producción en serie irrumpió lo que fue un proceso creativo.

Y una bocallave con forma de águila con dos cabezas, hoy día da la bienvenida a los visitante al Patrimonio histórico de la Nación San Felipe el Fuerte, ubicado al sur de la ciudad de San Felipe.

En la década de los años 80 del siglo XX cuando se puso en valor las piezas que allí se encontraban, se restauraron las vasijas de barro, se hizo un trabajo de limpieza de las piezas, se colocó como un gran símbolo a la entrada, la bocallave del águila de dos cabezas. Todo un trabajo encabezado desde la Secretaria de cultura. Con el correr de los años la exposición fue desmantelada.


 Todos los que visitan el lugar saben que es una bocallave, pero a Enric Aragonés, un geólogo, que trabaja en cuanto a esta rama en el proyecto de Musealizacion de las Minas de cobre en Aroa, que vive en Cataluña en España, le llamo la atención porque ya había visto unas similares en su país. Y desde allí, indago sobre el águila bicéfala que luce la vieja bocallave de una cerradura, de una de las casas coloniales de la otrora ciudad de San Felipe el Fuerte.

Y expreso, que en su natal Cataluña y en la ciudad de Mataró y otras españolas, también se exhiben bocallaves de cerraduras similares en forma de águila bicéfala, tal como lo señala la ilustración anexa, que trajo a Yaracuy.
 


 LA MARCA DE LA MONARQUIA

“Al parecer, fue común en el cuarto siglo del siglo XVIII este signo que fueron piezas artesanales. El águila bicéfala, era la marca heráldica más potente hasta ese momento, pues simbolizaba la unión de la dignidad imperial del Sacro Imperio Romano Germánico, una agrupación política ubicada en la Europa occidental y central, cuyo ámbito de poder recayó en el emperador romano germánico desde la Edad Media hasta inicios de la Edad Contemporánea, unida a la Monarquía hispánica, incluidas las colonias castellanas de ultramar “

El Sacro imperio romano germánico, desapareció el 6 de agosto de 1806 cuando Francisco II renunció a la corona imperial para mantenerse únicamente como emperador austríaco. Y a lo largo de estos, el águila bicéfala fue el emblema de los Habsburgos, en Madrid y en Viena. El reinado de los Habsburgo en España comenzó con Felipe I, casado con Juana de Castilla (hija de los Reyes Católicos) y terminó con la muerte de Carlos II el 1º de noviembre de 1700, que desembocó en la Guerra de Sucesión y el advenimiento de la Casa de los Borbón-Anjou

Pero mucho antes de la extinción del Sacro imperio romano germánico, hacia 1729 luego que el rey de España otorgara el título de ciudad al poblado de Cerritos de Cocorote se instalan un grupo de ciudadanos españoles y la cerradura bicéfala, en la ya ciudad de San Felipe el Fuerte, es prueba de esto.

Agrega, Aragonés que Luis XIV, a la muerte de Carlos II de España, impuso a su nieto Felipe V como rey de España y contra esto se rebelaron las potencias europeas y organizaron una confederación que dio inicio a la guerra.

 En Viena, siguió el águila imperial vigente hasta el tratado de Saint Germain (1919), en que se instaura la República austriaca y finiquita la monarquía austro-húngara; el último emperador, Carlos I de Austria y IV de Hungría, renuncia a la jefatura del Estado, pero continúa como jefe de su dinastía.

Apunta, que en general, se han interpretado como testimonio de adhesión a Carlos de Austria, pretendiente al trono de España acordado por las potencias europeas frente a la designación por parte de Luis XIV de su nieto Felipe de Borbón, que acabaría reinando con el nombre de Felipe V después de aplastar, con el concurso de los ejércitos franceses, la resistencia catalana, que culminó en la toma de Barcelona el 11 de septiembre de 1714.

UN AGUILA REAL

La presencia del águila bicéfala en una bocallave, encontrada en las excavaciones en la ciudad de San Felipe el Fuerte, hacia los años 70 del siglo XX muestra la migración y el traslado de la tradición.

El águila, representa en numerosas culturas el espíritu del sol y por tanto el símbolo de todos los dioses del cielo, el sol del meridiano, ascensión, liberación de la esclavitud, victoria, orgullo, contemplación, realeza, autoridad, fortaleza, altura, el elemento aire. Emblema del apóstol Juan. El águila bicéfala es un atributo de los dioses gemelos que representa la omniscencia o el poder doble y fue tomado por los reyes.

Explica, Arturo Martin en el Boletín del folklore de la Fundación Joaquín Díaz en su No 264 que “La bocallave es, propiamente, el agujero de la cerradura y de la puerta por el que entra la llave y, por extensión, la chapa que lo rodea. También se conoce con los términos de escudo o escudete, que se suelen aplicar a cualquier pieza de chapa que se coloca como refuerzo o protección.

La bocallave no es más que un pequeño trozo de chapa de hierro, de un grosor aproximado de, poco más o menos, un milímetro, en la que se practica un orificio que, a veces, reproduce con exactitud la forma de las guardas de la llave, mientras que, en otras ocasiones, recuerda la forma de un ocho. Su función primordial es proteger el ojo de la cerradura y la madera de la puerta, a la que va clavada, del roce de la llave y las agresiones. Por eso, cualquier trozo de chapa, e incluso de hojalata, puede servir”

Y agrega Martin, que la técnica de elaboración de estas piezas es muy simple y pertenece al saber tradicional del herrero rural, que era quien las forjaba. El material de la bocallave popular es siempre el hierro en forma de fina chapa bien aplanada. El ojo, ya lo hemos dicho, se dibuja en ocasiones con mucho cuidado, reproduciendo exactamente la forma de las guardas de la llave y se sitúa en el centro de la pieza o, al menos, en su eje central; con un cincel se cala el agujero y se lima con cuidado. El contorno exterior, que se hacía de encargo y el comprador podía señalar motivos temáticos concretos que deseaba o sugerir una determinada imagen; de todas formas era el herrero quien interpretaba esos deseos o sugerencias y los llevaba a la práctica, siguiendo un repertorio de imágenes que conocía.

SU DUEÑO Y ORFEBRE

Quizás, jamás se conozca en que puerta de que casa estuvo la bocallave, ni quien la construyó, ni la clase social a la cual pertenecía. Seguirá siendo un enigma, pero ella prueba que españoles, estuvieron en la ciudad de San Felipe el Fuerte.

Es probable que quien la mando a fabricar, copio el modelo de la realeza y guarda cierto parecido con el referente, con el objeto real o cultural al que representan y la mando a construir con algún artesano local.

Y puntualiza Aragonés que “aunque una procedencia anterior no se puede descartar del todo, podría pensarse que la cerradura de San Felipe fuera traída por algún catalán partidario de la causa austriacista, probablemente exiliado tras la contienda”.


La bocallave de la cerradura, pudo venir en un arcón o en una idea y fabricada por algún artesano de la ciudad. Y es que la gente cuando emigra, se lleva un cumulo de tradiciones.

Comentarios

  1. La forma de adquisición de esta pieza - en realidad, donación de un ciudadano benemérito - viene relatada en el opúsculo de Rafael Pineda "San Felipe el Fuerte, la Pompeya de Venezuela", publicado en 1972. Dice así:

    (Mauro) Páez Pumar confía en que muchos objetos e imágenes hoy en poder de personas e instituciones dentro y fuera de San Felipe, rehagan, por amor de patria, el camino original. Él mismo devolverá una bocallave del s. XVIII, de hierro calado y cincelado, que en 1946 obtuvo en la ciudad nueva y que proviene indudablemente de la ciudad vieja.

    Enrique Aragonés

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  2. Mauro Páez Pumar (1923-1974) no fue un ciudadano cualquiera, sino nada menos que el supervisor de las excavaciones de San Felipe el Fuerte por designación expresa del presidente Rafael Caldera. Se le atribuye la aplicación del calificativo de "La Pompeya venezolana" a la ciudad destruida por el terremoto de 1812. Por desgracia, sus esperanzas de que las piezas obtenidas en ella y luego lamentablemente dispersadas volvieran a su emplazamiento original no se han visto, hasta hoy, cumplidas.

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