Con reposición de sus mejores montajes Grupo Escénico Danzas Yaracuy celebra 40 años
Con ocho representación de diferentes ciclos festivos de
manifestaciones culturales y lugares, el grupo escénico Danzas Yaracuy celebró
la noche de este 30 en la sala del Teatro Jacobo Ramírez en el complejo
cultural Andrés Bello de San Felipe, sus cuatro décadas de existencia.
Del fondo de la sala se oyó la conocida Burra de Guama, del inolvidable
poeta campesino Antonio Sánchez, y montado sobre esta, venía Pedro León, exintegrante del grupo cumpleañero
que al subirse al escenario se mezcló entre banderas y sangueos aragüeños que festejan el nacimiento de San Juan el Bautista, fue
este el inicio del espectáculo, con acompañamiento del grupo musical La
Chamuchina.
Le siguió, la representación de una danza teatro, nacida en tierras andinas
conocidas como “Lio de la familia Sandoval”, que según la reseña fue un hecho
real que con el correr del tiempo se convirtió en música y baile. Según esta,
se dio una fiesta y por problemas con una mujer, hubo un herido y un muerto,
pero la fiesta estaba tan buena, que los presentes decidieron esconder al
difunto y continuar como si nada hubiera pasado.
Y de los Andes hubo parada en Lara,
tierra del tamunague con un Seis figureao, uno de los sones del Baile a San
Antonio, interpretado por cuatro grupos simultáneamente de las varias
generaciones de bailadores del grupo.
Y de Yaracuy, Aragua, Trujillo y
Lara, siguieron a Portuguesa para
representar a los Indios coromotanos en una danza en honor a la Virgen de
Coromoto y subieron a Mérida, para bailar a los Locos de Valle Grande.
El viaje para mostrar las expresiones de los
pueblos venezolanos llevo al público asistente al extremo del país, al oriente en Monagas
para bailar La culebra de Ipure, para luego regresar al Zulia con una gaita de
tambora y chimbangles dedicados a San Benito
de Palermo.
En un intermedio del evento, los
integrantes del Grupo Escénico Danzas Yaracuy y del Grupo Vera de Aragua hicieron
entrega de reconocimientos a Luis Valles director por cuatro décadas de la
agrupación de proyección de bailes y danzas tradicionales del país; igualmente
GEDY hizo entrega de otro, a los hijos
de Egilda “Yiya” Gutiérrez, la protectora de la agrupación en los inicios. Allí también acompañados de La
Chamuchina, estuvo Arquímedes Serrano, interpretando música llanera y Lorenza Herrera.
CUATRO DECADAS ENALTECIENDO EL GENTILICIO YARACUYANO
El Grupo Escénico Danzas Yaracuy,
nació cuando un grupo de estudiantes del entonces Colegio Federico Quiroz,
preparo un acto cultural y todo salió tan bueno, que decidieron continuar
ensayando. Egilda Gutiérrez ofreció su casa y los albergo, y fue su costurera
durante varios años.
“Danzas Yaracuy nace el 5 de agosto de 1974 ahí fue la primera
presentación como cierre del año escolar pero también fue el aniversario del
Colegio del Federico Quiroz, recuerdo que elegimos la novia del plantel que fue
María Luisa Ibarra” así habla Luis Valles del inicio del grupo.
Comenta que Esther y Libia Lucena iban a bailar en ese
acto, y una de ellas se enfermó, y como ya en otra oportunidad había estado en
otra presentación y él había bailado “Alma llanera” con Egilda Figueredo, al
enfermarse una de las Ibarra, ella se quedó sin pareja porque bailaban mujer
con mujer y lo busco y así entro a formar parte del grupo.
En esta presentación bailaron “Tango
Matigua” que lo monto una alumna de la Escuela Cecilio Acosta, Finlandia Lucena
y a partir de ahí se juntaron para formar el grupo. Al año siguiente montaron
“Del Yaracuy al Tocuyo” y nacieron las
presentaciones pero sin nombre el grupo, pues tenían pensado Danzas negroides.
Cursando cuarto año dejaron la sede
del Colegio y fueron a Cocorote, pues se
fusionaron con el Teatro Grieta, que
dirigía William Rojas y ensayaban en casa de "la negra" Sanchez.
Luego fueron a casa de Gutiérrez hasta
un 28 de febrero de 1988. Allí con apoyo de la extinta Secretaria de cultura,
construyeron en la parte alta columnas techo y paredes con una inversión de 14.000
bolívares y allí ensayaban, guardaban el vestuario que Egilda Gutiérrez les
diseñaba y confeccionaba y montaron otros bailes como Los Locos de Valle Grande
y le colocaron por nombre Grupo Escénico
Danzas Yaracuy (GEDY).
En esos años, desde la Secretaria de
cultura les organizaron una gira por todos los municipios y comenzaron a
otorgarle un aporte al igual que otras agrupaciones.
Luego, se fueron al extinto Centro de
cultura popular Don Teófilo Domínguez, y de allí al Colegio de Periodistas
hasta que se mudaron a la casa de Valles, donde se guarda el vestuario y ensayan
en la Escuela de Sabaneta y ahora en el Centro de Educación Inicial Rubén
Villalba.
Explica Valles que se han presentado
en todo el territorio nacional, además de asistir a Boyacá, Colombia (2002 y
2003), Curazao, Aruba y Bonaire, en un intercambio cultural, y participaciones
de algunos integrantes del grupo.
Los cuarenta años del GEDY pueden
resumirse en varias etapas, una de los primeros años dedicada con énfasis a la
investigación en el lugar de ejecución de la manifestación de manera de que la
proyección sea lo más parecido a la realidad; otra dedicada a la formación de
docentes y agrupaciones en el
periodo de receso escolar, esto de alguna manera ha influido en las actividades
escolares y otra etapa de recreación a raíz de un taller impulsado desde el
Ministerio del Poder Popular para la Cultura en la cual se crearon expresiones
dancísticas sobre la base de elementos materiales de la comunidad y así nace
los Danceros de Nuestra Señora de la Candelaria en Palito Blanco del municipio
de La Trinidad expandido en Quebrada
seca de jurisdicción de Simón Bolívar.
De las dos primeras etapas, también
han salido directores de agrupaciones como Noris Ramos, quien primero creo un
grupo de danzas en la Escuela Apolonia de Palavicini en La Trilla, que luego
paso a llamarse Danzas Génesis, hoy bajo la dirección de Flor Escalona; Ramos hoy dirige el grupo Entre perlas
y diamantes. De allí también nacen los integrantes de Yaracuy en danza y
Yaracuy en música.
La permanencia en esta agrupación,
también permite que algunas bailadoras ejerzan trabajo cultural como Evimer
García, funcionaria de la Fundación El niño Simón, y coordinadora de programas; Raquel González,
quien trabaja en el Colegio Santo Ángel
dictando clases de danzas, Carlota Jiménez quien baila en GEDY y
coordina a Danzas Las Tinajas, entre otros, es decir el grupo se ha convertido en una
escuela de formación del talento humano.
Explica Valles, que por ser dinámica las manifestaciones culturales permanentemente están en viajes de investigación y es esto lo que les ha permitido desde su formación en los setenta hasta el 2013 tener un repertorio con 84 montajes que incluyen bailes, diversiones, danzas y hasta el 2001 había un registro alrededor de 1.600 presentaciones.
Explica Valles, que por ser dinámica las manifestaciones culturales permanentemente están en viajes de investigación y es esto lo que les ha permitido desde su formación en los setenta hasta el 2013 tener un repertorio con 84 montajes que incluyen bailes, diversiones, danzas y hasta el 2001 había un registro alrededor de 1.600 presentaciones.
Con
40 años de vida, esta agrupación declarada Bien de interés cultural, como
otras, carece de sede propia y a pesar de recibir permanentemente invitaciones dentro y fuera del territorio por falta de recursos no asisten.
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