Hoy domingo de pascua es la quema de Judas

Este domingo de Pascua, fin de la cuaresma en varios pueblos de Venezuela, es la quema de Judas, un  muñeco que simula Judas Iscariote, el discípulo que vendió a Jesús por unas cuantas monedas.
            Se cuenta que en 1499, visitó la península de Paria,  el italiano Américo Vespucio, navegante y cosmógrafo, a quién se debe el nombre de América, puesto a las nuevas tierras, y que paso a la historia como el primer expedicionario en pisar  tierra venezolana.
            En Cumaná, se presentó con espejitos y baratijas para ser cambiadas por perlas y hacer que los indios le construyeran una embarcación que fue construida y en ese mismo bergantín se marchó y jamás regresó.
             Los naturales,  en vista de que el italiano no regresaba, decidieron hacer un muñeco y colocarlo en el sitio donde se fabricó la embarcación, allí le prendieron fuego y bailaron al son de los tambores y chirimías, sus instrumentos musicales, sin ninguna conexión con la religión católica.

            Después, a lo largo de los siglos, la iglesia se impuso y en el siglo XIX se tienen noticias que en Caracas en 1801 hubo otra quema de un muñeco y luego se hizo común quemar al muñeco con el nombre genérico de  Judas, que representa la traición , el Domingo de Resurrección, asociado ya al tema religioso.
            Para los venezolanos, esta tradición que tomo ribetes cristianos, pues castiga al hombre, al  discípulo que entregó a Jesús por dinero a las autoridades del imperio romano,  pone fin al tiempo de Cuaresma tiene un profundo significado de justicia social, pues a través de la quema del muñeco, hoy  se expresan las quejas de las comunidades.
            En Yaracuy figuran testimonios de la quema del muñeco entrado el siglo XX. Y se fabrica  con ropa que se recoge entre los vecinos y se rellena con cohetes, pólvora. Al caer la noche donde existen árboles se cuelga de sus ramos, simulando  que Judas Iscariote también se ahorcó. Hoy día ante la ausencia de ramas, los vecinos lo sientan en una silla, antes de la quema.
            Un poco antes de ponerlo arder, algún vecino lee el Testamento, donde deja como herederos a otros, de las pocas pertenencias.
            Los Judas de hoy día, se bautizan con el nombre de alguien que no ha cumplido con los compromisos en una comunidad.


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