Aroeños veneraron a la Cruz en Mayo
Alegría, color
y tradición se unieron en el Velorio a la Cruz, que a lo largo de 26
años organiza el Ateneo de Aroa, para cultivar y fortaler la identidad del
pueblo.
La celebración comenzó en horas de la
noche de este sábado, en la sede del centro cultural, con el Grupo de cuerdas
del Ateneo de Aroa, dirigido por Simón
Camacaro con la entonación a la Salve a la santísima Cruz de Hernán León,
seguido con varias piezas del repertorio de música yaracuyana y venezolana y
cerró un pajarillo.
Por su parte, Tobías Salazar,
presidente del Ateneo de Aroa, expuso el
significado del velorio de la cruz y resaltó su importancia recordando que esta
fiesta espiritual data el siglo V después de Cristo, cuando los creyentes la
veneraban para propiciar las buenas cosechas, en el inicio de la temporada de
lluvias y pedir protección para el resto del año.
Durante la celebración, también se
dio el encuentro de cruces, que miembros
de la comunidad llevaron, como la familia Moreno del caserío Cerro Negro familia
Meza, de la comunidad de Carampampa, familia
Villamediana, de El abrigo; familia Freitez Oviedo de la comunidad Las pavas; familia
Gainza Comunidad los Bacos ; Rómulo
Parra y la Fundación Don Antonio Torrellas,
de Tierra Fría, familia Pérez Escorche, de Las Tiamas; Joel Pérez de la
Hacienda el Roble, familia Armas del caserío Quebrada Seca; familia Castillo de
Rodríguez del Km 50; Devotod de la Cruz de Mayo de Carabobo; Dominga Rojas de
Las Planetas ; y Devotos de la Cruz de Mayo de Quebrada Honda del municipio Simón Bolívar.
Y se contó con la participación de
los cantores de velorio venidos de los caseríos de Tierra Fria, Bucaral, Las
Planetas, Cerro Negro y Aroa y el rosario fue dirigido por Eduardo Freitez.
El velorio de cruz en mayo, es una de
las manifestaciones culturales más ricas del país, se ha transmitido de
generación en generación desde la colonia, mezclándose con aportes indígenas y
africanos.
Es la celebración en la cual la
Iglesia católica recuerda el hallazgo del madero en el cual murió Jesús, en el
año 324. Sin embargo, en Venezuela ha evolucionado y se ha convertido además en
un velorio, un ritual para propiciar buenas cosechas por el comienzo de la
época de lluvias, y una forma de pedirle protección durante el resto del año y se
acompaña de un compartir que en esta oportunidad fue auspiciado por Rachid Morr y el equipo de trabajo del Ateneo
de Aroa .
Comentarios
Publicar un comentario