11 abril 1747 Festejos por la jura del rey Fernando VI en San Felipe el Fuerte
11 abril 1747
Festejos por la jura del rey Fernando VI en San Felipe el Fuerte
De manera particular, lo mismo que en todo el Continente,
fuera que así lo consintiese el progreso general de las Colonias, fuera más bien
que éstas adivinasen la incapacidad de Carlos IV para mantener la grandiosa
unidad del Imperio y presintiesen aires renovadores de autonomía y
mejoramiento, cuando la proclamación de este Monarca adquirieron insólito
esplendor los regocijos públicos.
En San Felipe el Fuerte, para celebrar la jura Y para
celebrar la jura de Fernando VI (desde 1746 hasta 1759), en 1747, se organizó
en el Teatro de comedios la presentación de varias obras de teatro desde el 11 de abril.
11 de abril |
Los amantes de
Teruel |
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12 abril |
Primero es la
sarna que el gusto |
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13 abril |
Afecto de amor y
odio |
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14 abril |
La viña del Señor |
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15 abril |
La bandolina de
Italia |
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17 abril |
Amparar al enemigo |
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20 abril |
Industr5ia contra
finanzas |
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21 abril |
El poder. Duelo de
España |
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22 abril |
¿Quién es quién? Premio
al amor |
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También en 1860 con motivo del ascenso de Carlos III, (entre 1759-1788)
hubo comedias, y alardes de toros. Y en el ascenso al trono de Carlos IV ( entre
1788 hasta el 19 de marzo de 1808) escribe Caracciolo Parra León, que se compusieron y pintaron la Casa Real y las
Casas Capitulares; se blanqueó con yeso toda la población; la Plaza Mayor y los
solares fueron desyerbados y puestos como tazas de plata; músicos de Valencia.
Músicos de la
localidad, oboe y clarín recorrieron las calles a diario, amenizando todos los
festejos; por las tardes se corrieron toros en plaza cercada de maderos
rústicos, ante la estruendosa algarabía de la desbordante multitud, bajo la
presidencia de la gente principal vestida de gala, instalada en vistosas
tribunas y palquetes.
Luminarias de sebo y
luminarias de candil lucieron en las ventanas y balcones, en la blanda claridad
de las noches estrelladas y cálidas; se arregló el Teatro o Coliseo, vecino del
Ayuntamiento, y se representaron dos comedias, que fueron otros tantos llenos.
Como centro de todo,
en lujosísimo tablado, ante la imagen del Señor Don Carlos IV en marco de oro,
el pendón español, rojo y gualda, que acaso a la palabra "¡silencio!"
del heraldo protocolar, levantaría en sus manos el Regidor Decano, para decir
tremolándolo en alta y clara voz: "¡Castilla! ¡Castilla! ¡Castilla!",
mientras las autoridades, la nobleza, los hombres buenos y la plebe, con
clamoroso entusiasmo proclamaban: "¡viva España! ¡viva el Rey!"
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