De “balas frias” a protagonistas del II Festival de comida callejera Yaracuy en platos
La comida callejera, es una experiencia del día a día, que se
descubre como espejo de lo urbano, de las necesidades de su gente, preferencias
y carencias.
Wikipedia define como comida
callejera a aquella que puede obtenerse de un vendedor en la calle, a menudo de
un tenderete portátil o improvisado.
La comida callejera, arrastra años de tradición, se dice que
al menos lo básico de la hamburguesa proviene de la antigua Roma, las
migraciones la trajeron al país en el cual ya tiene sello propio. Otro es el
perro caliente y en el artículo La
sabrosa malicia detrás del perro caliente de calle, explica que llego a
Venezuela aproximadamente en 1937 con la riqueza petrolera y la conversión
urbana.
“Las industrias de
frigoríficos llegaron con Nelson Rockefeller, así como los supermercados CADA
en 1948. En ellos, se colocaron fuentes de soda en donde se vendían perros
calientes al estilo americano o neoyorkino, los cuales llevaban pan, salchicha,
cebolla, pepinillo y un poquito de mostaza”.
Y en San Felipe, la comida callejera, se remonta a los años 50 al mercado de la
Calle 13 con cuarta avenida, con ventas de empanadas y café. Después al mercado de la avenida La Patria.
Pero la venta de comida en la calle es recién, para los sanfelipeños, todo
queda cerca y muy pocos se meten “una
bala fría" como se conoce.
El repertorio de comida callejera es amplísimo, la bala fría,
favorita son los perros calientes, y se suma la hamburguesa, pizza, y se
agregan lo típicos de la cultura
gastronómica como los tostones con queso cachapas y arepas rellenas y algo
nuevo como son tetas de helados.
Hoy más venezolano, son los “pepitos” de la comida callejera,
un sándwich de carne de res (o pollo), empapado en salsas y condimentos. Se escribe en Venezuelaunica.com que El pepito venezolano se adaptó a Venezuela
luego de la inmigración de españoles a Venezuela después de la primera guerra
mundial que junto a la comida callejera de la época se abrió camino para
convertirse en una de las más populares.
Para una bala fría, están las aceras que ofrecen abundancia y
variedad: besitos de coco, jugos de naranja, chicha, pastelitos. Pero hoy,
existen lugares, con mesas, sillas mucho más cómodo para “meterse una bala fría”
que ya no son tan frías, pues hoy se convierten en una cena.
Y en el año 2020 Adamar Hansem y Edgar Gutiérrez, dos jóvenes
emprendedores, juntaron olores y sabores en la primera edición de Yaracuy en
platos, que volvió a repetirse este
octubre en el marco de la fiesta patronal en honor al arcángel Rafael, patrono
de Independencia.
El lugar escogido fue la cuarta avenida entre calles 28 y 29 y durante tres días 22,23 y 24, las
inmediaciones de la plaza Sucre, se
llenó de sabor y sazón de comida callejera.
En varios toldos, fueron colocados los cocineros con sus
implementos, algunos hoy emprendimientos un negocio, pequeña empresa que
ofrecen a la venta un producto, servicio y algunos fueron: Fin de burguer
(Hamburguesas y pepitos- subiendo por la Escuela Técnica Rómulo Gallegos), Chin
kakes dogs (helados, tortas, hamburguesas, perros calientes) , G Point, Honey
cakes (repostería) , Helados San José, La cabaña (avenida 12 con calle 6. Paseo
comercial del Edif. Madrigal).
De manera, que de venderse en la calle, se expenden en un
local techado con mesitas y sillas y desde hace dos años, pasaron a ser los
protagonistas de un festival.
La comida callejera, hoy,
no es solo una aventura, es la ocupación y medio de vida de un
porcentaje importante de la población.
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