PRUDENCIO VASQUEZ: Un Jirajara de recia casta

 


El general Ezequiel Zamora no desperdició el momento para referirse con deferencia sobre la personalidad de Prudencio Vásquez, hijo de Camunare, tierra yaracuyana y bravía, y a quien Zamora le aludía su ancestral herencia Jijajara:

“Pueblo Jirajara, descendientes del indómito indio Yaracuy, les manifiesto con sumo honor que el ejército del pueblo soberano, ha decidido en este glorioso día 29 de marzo de 1859, ascender al que fuera un peón de hacienda, pero preclaro hijo del Yaracuy, nativo de Camunare, el valiente Prudencio Vásquez, quien a partir de hoy es comandante del glorioso ejército federal. Asignación que queda subscrita como una sentencia al cumplimiento de nuestros más diáfanos principios de igualdad entre los hombres y reconocimiento a su alto servicio militar demostrado con valor y gallardía. Viva La Federación, viva el comandante Prudencio Vásquez. Viva el glorioso pueblo de Yaracuy”.

-Vayamos camino a San Felipe que me han llegado recados que el temible Prudencio Vásquez anda alzado por los lados de Camunare, su pueblo natal, y que el bravo comandante Nicolás Durán, se alzó en Urachiche con más de trescientos hombres, también aseguran que Barquisimeto y Cabudare están sublevados, por las montañas de Terepaima con el comandante Nicolás Patiño Sosa, quien hace su guerra de guerrillas, logrando mantener bajo su poder toda la zona, sigamos que el camino está despejado por la vía a Urama, rumbo a Las Guabinas, pasemos los caseríos El manguito, La rosa, La victoria, Curva de Guarataro, El manguito de Apargatòn, Sandijuela, San José, El Salao y luego Urama. De allí seguimos a Canoabito, Guaramal, Las Guadas, Taria, Los Cañizos y Aguas Negras, hasta llegar a los parajes de María Lionza, con su bendición nos fortaleceremos para posesionarnos del llano.

Demostrando conocimiento de cada rastro que dejaba por el sendero que lo llevaba a los llanos de Barinas y su crédula devoción por la reina María Lionza, en sus eufóricas arengas orientaba y animaba a su ejército.

Bajo la arboleda que tiñe al paisaje de un denso verdor el general Zamora, se queda pensativo como evocando recuerdos y asombrado al ver la intrépida pericia del comandante Prudencio Vásquez, le dice eufórico y con frenesí:

-Carajo, estoy enterado de que usted ha dominado todo este bravo territorio, despejando el camino hacia la gloria; como un buen comandante ha sabido cagarse en el alma de los poderosos y hacendados, con coraje y valentía, demostrando honor, dignidad, trabajo y honradez, razones suficientes para construir una patria libre y de iguales.

-A puej, no esajere generar, que yo lo que he hecho es obedecer a mis intintos y a no dejame jodé de los ricos

.-Comandante Vásquez, es un gran honor para nuestro ejército tenerlo en sus filas. Usted es un auténtico Jirajara. Su heroísmo hace honor a sus ancestros, como José Andrés López del Rosario, el popular Andresote, aunque nació en Valencia, pero hizo historia en estas tierras, al Negro Miguel, José Joaquín Veroes y a esas pléyades de hombres y mujeres que son dignos representantes del aguerrido indio Yaracuy.

-A puej, generar, ese es un compromiso mayor, usté si dice cosas que nos envalentonan el corazón y me animan a contale esas historias de esos ancetros que usté mienta, puej, mire esos son cuentos contaos por mi amá y dos buenas mujeres que mentaban las maestras por sabé mucho, llamadas una, Ibella Pae, una negra de mi estilpe, y la otra Came Dúamel, una aborigen Jirajara, las dos de un caarter muy jodío, pero muy noble, sus enseñanzas me marcaron el arma. De Andresote, contaban las viejas, que su mae era una india y su pae un esclavo, era un zambo, desde niño le re moquetearon el apodo de Andresote. Fue esclavo en Yagua de un poltugué, que apellidaba Da’silva, pero como a to esclavo lo maltratan, Andresote, no aguanto ma y le dio una paliza al poltugué, que el condenao tuvo que bañarse con tomillo pa’ aliviá los dolores. Se le escapó al amo intelnándose por esos montes, pero luego se arzó en armas y con un grupo de indígenas y esclavos que se hicieron sentí en todo er valle der Yaracuy. Eran temíos por las autoidades españolas, pero los de la Compañía esa, Guipuzcoana lo acusaban de contrabandista y fue tanta la arremetía que le hacían, que tuvo que emigral con argunos de su seguidores, dicen que se embalcó pa Curazao en una balandra holandesa y ma’ nunca regresó a Venezuela, se fue de estas tierras, pero le aseguró mi generar que su alma la dejó poraquí

.-Caray, Prudencio, me doy cuenta de que su madre y esas maestras lo formaron para la vida, inculcándole amor por sus orígenes, por sus ancestros

.-Así es, generar. Sobre el Negro Miguel le diré lo que me han conta’o, de su rebelión, poraquí se habla mucho deso, de la rebelión de El Negro Miguel, quien se alzó en las minas de Buría, en 1533, siendo respetao y admirao en toda esa región, dicen que fue el primel negro que se alzó. Los condenaos españole querían llevase todo el oro que había en toda estas tierras y los explotaban y martrataban. Entonces a las málgenes del río Buría, muy celca de la ciuda Nueva Segovia de Balquisimeto, comenzó la explotación bálbara del oro, causando una gran conmoción en las poblaciones celcanas. Los amos y señores llevaban a sus esclavos negros a trabajà en las minas, así fue que surgió el Real de Minas de San Felipe de Buría, celca de Nirgua. Entre los esclavos que llegaron a ese lugar, se distinguía un negro que era oriundo de San Juan Puerto Rico, conocío como el Negro Miguel, quien fue el que se rebeló contra su amo, llamado Pedro del Barrío. El indomable Negro Miguel, sonsacó a otros esclavos y huyeron pa las montañas, se organizaron y a su mando bajaron en medio de la oscurida de la noche y dieron el ataque feroz y mortal al Real de Minas. Desde ese día se hizo temerario, creciendo su fama y cada día eran má los que lo seguían, no quedaban indios y negros que no se fueran con él, que si yo hubiese vivío en esa época no lo hubiese pensao, pase uno de los suyos. El carajo, en rebeldía con los españoles, también formó su reino, puej el mismo se nombró rey y a su mujel, llamada Guiomar, la hizo coronal como reina. Asina también folmó una comunidad a semejanza de los pueblos españoles, con sus autoridaes y empleaos, hasta nombró a uno de sus compañeros Obispo, el vástago era reconocido como el heredero. Fue por mucho tiempo una resistencia tenaz, contra los españoles, hasta que un día en un ataque a la ciuda de Nueva Segovia de Balquisimeto, degraciadamente perdió la vida y con él se desvaneció esa rebelión.

-Caray, Prudencio, así son las cosas con su muerte se apagó la llama redentora de la liberación de los esclavos, esos movimientos de insurrección de Andresote y de El Negro Miguel, los podemos calificar como los primeros movimientos precursores de la independencia.

-A puej, generar, uste sabe ma que yo, apena yo sé lo que me han conta’o, pero uste es un hombre ilustrao, por cielto mentó al coronel José Joaquín Veroes, ese sí que yo lo vide, una talde bien emperifollao con sus atuendos e insignias militares, entrando a la iglesia Nuestra Señora de La Presentación, un día de fiesta, ese fue de purita sangre Jirajara y negro zambo como yo, ahí mismito está enterrao, heroico prócer de la independencia, nació aquí mismo en un hogal muy pobre el 19 de abril del año 1789, su mae era una negra esclava llamada Antonia Veroes, quien le selvía a un isleño de Las Palmas, mentao Agustín Rafael Álvarez de Lugo, abogao, político y justicia mayor de San Felipe. Dicen que Veroes, asistió junto a los hijos de Álvarez de Lugo a la escuela elemental de los padres dominicos y pudo adquirí conocimientos que luego le serían útiles en la carrera de las armas. Desde mozo se puso al servicio de la patria, llegó a sel Brigadista del Libertador, estuvo a las óldenes del generar Jacinto Lara. Derrotada la República, cogió camino a oriente donde palticipó en la batalla de Aragua de Balcelona y en las aciones de Los Colorados y Úrica, junto a los generales José Félix Ribas y José Francisco Bermúdez. Cayó prisionero el 15 de febrero de 1815 y fue recluido en los presidios de Puelto Cabello y Caltagena de Indias hasta el 29 de noviembre de 1818. Era tan habilidoso este zambo, que logra escapal en una goleta inglesa, después de vagal por las islas del Caribe, se va a Río Hacha, en mayo de 1820, y se enrola en la división del coroner Mariano Montilla, con quien hace varias aciones de guerra. Combatió en pantano de Valgas y Boyacá. Cuenta una anécdota sobre su vida que un jueves santo de 1810, en un día de fiesta fue trajeado elegantemente de caballero y cuando se dirigía al templo se encontró con el hijo de un Alfares Real; éste ar velo vestido de gala le mandó a quitase la ropa y pisar descalzo, esta ofensa fue tan grave, que er valiente y digno Veroes, le dio una tremenda bofetada a ese patiquín, que lo lanzo a tierra y como sabía que lo iban a jode, huyó ar Tocuyo y tuvo la fortuna allá de encontrarse con un San Felipeño que lo ayudó, dándole empleo de ayudante de medicina, le silvió hasta 1810, año en que se alistó como soldado en el ejélcito independentista. Generar Zamora, el teniente coronel José Joaquín Veroes, murió en esta ciuda, hace apenas cuatro años, cuentan que murió abrazao a un retrato der Libertador, vayamos ar cementerio miremos su tumba que aún está fresca.

.-Caray, esos cuentos suyos además de emocionarnos y acariciarnos el lado humano, hacen denotar en usted, ese compromiso que tiene con la patria, ese sentido de superación y rebeldía contra este mundo injusto. Pero sigamos al cementerio que ahí lo divisamos detrás de esos gruesos y altos muros de tapia que sostienen el pesado portón de caoba curada.

-Mi generar, eso que uste dice me lo inculcaron mi mae y las maestras, la negra ibellapae y la vieja cameduamel, a quien conocíamos como la india madre, esas fueron las únicas maestras que tuve yo. Generar, entremos por ese poltòn, mire yo escuchao decí que los cementerios son refugios testamentarios de un pasa’o que debemos conoce, polque allí reposan los vestigios de nuestra herencia ma digna: la memoria colectiva.

-Caray, usted me asombra, que tal si hubiese estudiado, su cultura es fraguada en los azares de la vida y cimentada por esas nobles mujeres, dejándole labrada una profunda rectitud humana. Esta es la tumba del valiente Veroes. Apeémonos de las bestias y quitémonos el sombrero. Oiga lo que dice la lápida de mármol italiano: “Aquí yace los restos del valiente coronel José Joaquín Veroes/ digno héroe de la patria/ sus familiares y coterráneos consagran este sagrado monumento/ a tan digno, valeroso y amado hijo de Yaracuy/ su ejemplo de dignidad y valor seguirán siendo faro de luz hasta la eternidad/ su cuerpo yace dormido en el sueño eterno/ pero su conciencia, ideas y pensamientos abonan la vida, florecen los parajes de la patria y reavivan la furia Jijajara/ Su permanencia bajo esta tierra sea como un sueño en la ciudad de los muertos/ Que la tierra le sea ligera/ QEPD/ Amén”.

-Generar, qué hermoso escrito, yo no sé leer; pero sé escuchal, yo no sé escribí, pero sé observa. Esto es un veldadero reconocimiento a su memoria, ojala algún día sus restos reposen al lao del Libertador y demá héroes de la patria.

-Prudencio, ese debe ser el destino de los forjadores de la patria, el suyo es promisorio, su heroísmo le asegura que de peón de hacienda va a llegar a general. ¡Qué iban a creer esos ricachones y hacendados que lo subordinaron! Por eso al bien hacer jamás le falta premio.

-Así se instalaba el ejército federal en tierras Jirajaras del Yaracuy al margen derecho del río Yurubí, entre caños y quebradas y boscosas montañas que imponían un paisaje multicolor y tranquilo invitando al regazo de un premiado descanso.


Alberto Pérez Larrarte

Cronista Oficial de la ciudad de Barinas.

De mi libro: Relatos de la guerra larga. Editado por Amazon

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